24 de marzo de 2020

Futura

Futura está encajada.
No todos la gozan, es asincrónica. Nace y en el pujo nos ciega.
Si le pidiéramos el registro de su imagen al panóptico (selfie, selfie!) se volvería vintage en el encuadre y apocalíptica al primer disparo.
Todo lo que estaba diseñado para recibirla atrasa o, de mínima, no la anticipa y estalla su reflejo. 
Quizás el pensamiento que genera imágenes nos dejó huérfanos.
La futura no se pudo imaginar.
Su presencia se oye lenta -no te agites, al contrario-
Dicen que captamos lo que va a venir si ejercemos la calma ¿quién pudiera?
Futura se trata de adaptar.
Escriben los científicos que en la búsqueda consecuente de situaciones novedosas a nuestro entorno que ya son la realidad de otros ejercitan la capacidad cognitiva. Entonces ¿conocer será empatía?.
Si todo lo supuesto se puede transformar -y justo es eso lo que de momento ocurre- los medios publican que la futura de desarrolla confortable en la experiencia.
Las estrategas sugieren pre-sentir lo inimaginable.
Los deportistas sostienen la inspiración unos momentos. Los filósofos piden entrenar plasticidades. Todo pasa por los pulmones. Dicen que podemos dejar la inspiración en los pulmones hasta que se parezca a un recuerdo.
Antes de que exista lo nuevo nuestras mentes deben creerlo un recuerdo colectivo auguran les artistas.
Creamos ese recuerdo de lo que aún no se miró como interpretamos lo decisivo en la historia y en una coreografía contrafáctica, un conflicto distrópico, un ensanche de sensorialidad, balbuceamos como cuerpo propio el dilema de límites distintos y otro pulsar.
Futura irrumpió. Acá se queda y barre las costras.
Yo lavo la ropa, en la soga cuelgo el agua.

#50 2020



14 de enero de 2020

El bien y el mal ¿de parte de quién?



Si un ser humano actúa de manera justa o injusta lo hace voluntariamente.

Actuar voluntariamente significa, primero, actuar a sabiendas de lo que va a ocurrir y, después, actuar libre de coacción. Esto define también un acto ético. Es elegido.

Si se actúa involuntariamente no podremos hablar de actos justos o injustos, sino de un accidente, más allá o más acá de que las consecuencias o externalidades sean positivas o negativas para aquello o aquellos en que o quienes recae la acción.

-Y después están los encuadres legales que juegan su rol pero ni va por ahí la cosa-. 

Y antes están los costos afectivos de las elecciones que sostenemos y cómo las sostenemos. 

Hace unos días mi hija y su amigo me convocaron a que de mi opinión sobre algo que acontecía, que les estaba ocurriendo a ellos dos en el vínculo, de hecho.

Ah! qué sorpresa! que dos adolescentes te interpelen y coloquen tu palabra en un lugar de valor. Cuánta responsabilidad me trajo ese convite y el desafío: estar a la altura de la demanda. 

Hablamos de amor.

Mi primer reflejo fue escuchar, qué suerte, porque pude ejercer de espejo. Contrastaron conmigo aquello que ya habían dirimido entre ellos. Me dejaron encendida de preguntas y de saberes.

¿Cómo se aman los que se aman? ¿Cómo se cuidan los que se cuidan? ¿Cómo crecen juntos los que crecen juntos? 

Qué suerte la mía estar ahí. 

Maternar es política.

24 de julio de 2019

Ejercicios de taller


Mecánica

Ajusto los espejos,
deslizo el asiento,
enciendo luces
me ato,
es ritual.

Ahogada de chupar
en vacío
tu falta de
amor
Muevo la llave.
Insisto en la media vuelta.
El burro de arranque tose
se apaga
como un rebuzno
recurrido y ronco.
Sentada
anzuelos herrumbrados
que me clavo en la lengua
Miro con el ojo mudo lo que no se mueve,
Reviso la pedalera,
atiendo a la aguja también.
No salgo de mi asombro
-sigo estacionada-
No vamos a otra parte los dos.
Te largo la carcasa,
me llevo el motor.


14 de julio de 2019

3 de enero de 2019

El trabajo de la imaginación versus la inmediatez de la exhibición de partes de uno mismo

Foto-fragmento de autoretrato de Rosa Wernicke

(resumen de lecturas) aspectos culturales de la desigualdad


El trabajo de la imaginación. Uno de los elementos constitutivos de la subjetividad -moderna-.

“De la desaparición de la idea -moderna- de colección de bienes culturales...

La transformación de las formas de la distinción social, la modificación de los modos de la producción de bienes y el carácter de estos bienes no significa que la desigualdad social y cultural se haya desvanecido. Al contrario, justo ahí persiste. Si la modernidad manifestaba una distinción y entre clases y tipos de consumo cultural -estratificado y jerarquizado, secuenciado-, ahora, en la sociedad-consumo, en un contexto de hiper circulación de bienes, con situaciones sociales más difusas, con clases sociales (o tribus, o identidades) emergentes ya no sólo determinadas por su relación con los medios de producción. Ahora mismo, considerando el carácter que imprime la globalización en los grupos sociales, pienso en un término que resignifica el consumo de clase que es el de omnivorismo cultural.

... a la exhibición -y espectacularización pagana- en la galería de imágenes de varias redes sociales- de la propia experiencia devoradora, de inmediatez, y caníbal.”

-¿Con qué se come?

-Con los ojos.

27 de noviembre de 2018

Releer Crónicas Marcianas

Después de ser programada en el 33º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata donde ganó el premio especial del Jurado la película Vendrán lluvias suaves (Argentina/2018) dirigida por Iván Fund tuvo una pasada por el Cine El Cairo de Rosario.
Creemos que esta función fue sólo un adelanto y próximamente la reprogramarán en este u otro cine de la ciudad. A veces los premios operan de esa manera.

29 de Noviembre al 5 de Diciembre en el Cine El Cairo. Rosario. 

Iván Fund viene desplegando una cantidad de largometrajes desde 2009 -y antes cortos- que tuvieron  premios. Y ya había incursionado en la literatura como territorio de exploración por ejemplo en Toublanc  (Argentina/2017) inspirada en la obra de Saer.
Ir al cine a veces implica quedarse pensando en una historia hasta hacer varias conexiones probables e improbables.
El libro de relatos de Ray Bradbury, Crónicas Marcianas, lo debo haber leído y releído varias siestas de infancia. No recordaba que era de este libro la que debe ser una de las más conocidas historias de la ciencia ficción, en la que la naturaleza artificial programada para asistir la vida humana persiste y opera aún cuando los humanos hayamos desaparecido. En una programación cíclica, idéntica, para nadie.
La película (Fund) y el relato (Bradbury) toman su nombre de los versos que publicó en 1918 la poeta Sara Teasdale.
Con estas referencias podríamos pensar que la línea argumental sería la misma, pero no es así. Se trata de una experiencia de transposición o de cita no tan directa.
Claramente la película se instala en lo extraordinario. Sin embargo a diferencia de lo que proponen Teasdale o Bradbury aquí el post futuro que nos proponen es muy humano.


Por un suceso que no se explica, una mañana cualquiera en una ciudad pequeña -semirural, en la pampa gringa, o no- ningún adulto despierta. Siguen durmiendo. Como si fuera una larga siesta de esas que seguramente recordarían otros espectadores en la sala, como yo.
Siestas con ausencias de reglas y obligaciones que nos permitían leer, fumar, deambular. ¿Qué harán ellos? Cuánto tiempo durará esta siesta de adultos? ¿Están en peligro? ¿Murieron todos los grandes?
La película sigue y registra el devenir de un grupo de niños ante esta situación y nos lleva junto a ellos.
Quiero decir que el cine nos hace estas cosas, a veces. Nos recuerda cuando lo real y cercano era para nosotros extraordinario.
En el relato de Bradbury las máquinas siguen los ciclos sin enterarse de la ausencia de lo humano. En el poema de Teasdale la naturaleza es quien no se entera de que los humanos se han ido de la tierra. En la película de Fund les toca a los niños transcurrir en ese filo de la pregunta ¿qué pasaría si?.
No todo es atar cabos sueltos y lo mejor es que no todo se explique. Desautomatizar la escucha y la mirada.
La anotación que hago para seguir tirando del hilo tiene un nombre Mauro Mourelos quien se ocupa de la banda sonora. Dará que hablar. (Que escuchar).

23 de noviembre de 2018

Temperamento. El discurso audiovisual como una construcción conjunta.


Berenice Gáldiz-Carlstein, directora.


Berenice dirigió junto con Khamil Nazer Temperamento. Un documental de creación, un ensayo audiovisual alrededor de la producción en vidrio rodado en distintos escenarios de la región central de la provincia de Santa Fe. En Cañada de Gómez, en Villa Gobernador Gálvez y principalmente en una fábrica histórica, fundada en 1949, que es la Cristalería San Carlos en la localidad de San Carlos Centro. Para este proyecto contaron con financiamiento tanto del Fondo Nacional de las Artes (FNA) como del Gobierno de Santa Fe (GSF) a través del programa Espacio Santafesino.

Este año estrenaste un documental rodado en la Cristalería San Carlos ¿puede ser?

¡Sí! Este año (2018) estrenamos un documental de ensayo que fue grabado en varias fábricas y talleres de los alrededores de la ciudad de Rosario, incluso en una escuela también. Y sí, la Cristalería San Carlos fue uno de esos espacios. Estuvimos grabando también en una cooperativa en Cañada de Gómez, otra locación fue en Villa Gobernador Gálvez. Recorrimos bastante, fueron varios espacios.

¿Habías estrenado antes o es tu primera película? ¿Le das a Temperamento el lugar de tu opera prima?

Nunca había tenido antes un estreno como directora, ni en corto ni en largo. Y técnicamente Temperamento no sería lo que se denomina Opera Prima, porque no alcanza los minutos, es un mediometraje, de 40 minutos solamente. Más allá de estas categorías más formales, en cuanto a cómo lo siento, decir de repente Opera Prima tiene cierta solemnidad como si fuera el trabajo inaugural de una obra. De verdad no lo siento así. Lo viví como un aprendizaje, un acercamiento, algo más sencillo.

Acerca de Temperamento ¿cuál es tu enfoque?.

Temperamento es el último trabajo estrenado del que he sido parte. Voy tratando de pensar en el enfoque entendiéndolo como el lugar en el que una se posiciona. Lo primero que te puedo decir es que siempre vamos por una aproximación ensayística, de búsqueda, de prueba y error, de cabos sueltos, de borrador, de proceso. Y creyendo en el discurso audiovisual como una construcción conjunta. También nos acercamos con muchas inquietudes estéticas pero siempre inscriptas y a la par de lo político, de lo social. Pienso que acercarse a construir imágenes de otras personas en sus haceres, necesariamente, tiene que implicar un cuidado, un respeto y un afecto también. (El uso del plural de Berenice recupera la la mención hecha del inicio acerca del su rol de dirección compartido con Abdel Nazer)


En el proceso de Temperamento muchas veces nos pasó que nos encontramos con gente que tiene una identificación muy fuerte con su trabajo que es algo que a veces ocurre con los trabajos más artesanales como es el caso. Lo particular de la cooperativa de trabajo, la fábrica recuperada después de la crisis de 2001 (en Cañada de Gómez) es que ahí también se juegan también otras cosas más fuertes. Sí, puede sonar trillado, remanido, pero sí, con todo el equipo tratamos de sostener un compromiso y una responsabilidad con lo que estábamos haciendo.

¿Cómo fue tu recorrido formativo?

Yo vengo de las Artes Plásticas que es con lo que más me identifico. Soy dibujante. Formalmente estudié en la escuela provincial, en el viejo edificio de la Vigil y Antropología en Humanidades (sin tesis) que me dio un montón de herramientas, me obligó a cuestionarme… ¡Todo!. Otro trayecto formativo por el que me siento muy atravesada es la EPA, la escuela para animadores que hice en 2015 a la que le estoy muy agradecida porque ahí me abrieron una puerta a un mundo infinito como es el de la animación. ¡Educación pública siempre! No quiero dejar de mencionar que durante estos últimos años estuve haciendo talleres con Gustavo Galuppo, es un gran docente que aborda temas y autores que son inéditos en otros ámbitos acá en la ciudad de Rosario.

Queremos saber algo más de tu recorrido en el sector de la producción audiovisual de la ciudad empezando, si te parece, por saber en qué estás trabajando ahora –fines de 2018-.

En cuanto a mi ocupación actual, en este momento estoy trabajando en el equipo de animación de un corto infantil, Luna, un proyecto de otro director Nicolás Cefarelli. Estamos en instancias finales -postproducción y color- con idea de terminarlo este mismo año. Y estoy trabajando en el desarrollo de varias ideas de proyectos que están todas muy crudas aún.

No sabemos si sos de dar definiciones cortas, pero por ejemplo ¿definirías en pocas palabras qué es para vos realizar? O dirigir si te resulta más cómoda la palabra.

Las definiciones en general me cuestan. Me cuesta puntualizar, siempre me viene más fácil relativizar. Puedo hacer un intento. No estoy segura cuál es la palabra que prefiero. Realizar o dirigir, creo que es pensar, imaginar esta vida y otras posibles. Siempre creo que es con otros, otras, otres. Y también creo que es un privilegio y hay que luchar por que deje de serlo, luchar por un acceso más igualitario a estos lugares.

¿Tenés una película favorita? (o serie, o libro, o autor/autora?) Vamos en busca de una pista estética o poética.

Esta va ser una respuesta caótica, porque miro muchas cosas y en cuanto a una película favorita, cambia todo el tiempo. Puedo decir dos autores que me marcaron mucho y conocer sus obras fueron puntos de quiebre en mi manera de entender el audiovisual que fueron Chris Marker y Agnes Varda. Bueno, la animación experimental, las primeras vanguardias, esas son fuentes constantes a las que siempre estoy retornando y después lo que te decía mi película favorita cambia todo el tiempo, depende de lo que esté mirando. Te puedo nombrar lo último que estuve viendo que me impactó mucho, unos cortometrajes de Maya Deren, un ensayo documental de Sokúrov Elegía de un viaje, que me gustó muchísimo. Estoy muy enganchada siguiendo un estudio de animación chileno que se llama Diluvio. En cine argentino lo último que me gustó, es algo que ví hace poco: Orione (de Toia Bonino). Zama (de Lucrecia Martel) es una mención inevitable. El auge del humano (de Eduardo Williams) me resultó interesante. Familia sumergida (de María Alché) para pensar en algo cercano y reciente. Es que miro muchas cosas.

¿Tenés un tema recurrente que aparezca en tus obras?

La verdad es que creo pronto aventurarme a demarcar algo así. Me siento verde todavía, recién empezando a explorar y probar cosas. No. Me siento en un momento de búsqueda muy intensa. No tengo delimitación clara, sé que me interesan muchas cosas. Creo que es una búsqueda que se da. En el mismo hacer. No tan consciente.

¿Qué historias y con quiénes te imaginás realizando dentro de 3 o 4 años?

¡Es un salto imaginativo gigantesco! (suspira) En 3 o 4 años… Pienso hace 3 o 4 años atrás y lo que estoy haciendo ahora no me lo imaginaba para nada, en qué derivó. Voy a hacer una especulación loca. En este momento estoy muy manija con dos grupos que se están conformando acá en Rosario, que están empezando a hacer cosas y en los que estoy participando. Uno es la Red de Animación rosarina (RAR) y otro es AREA, la Asociación de Realizadores Experimentales Audiovisuales sede Rosario. Mucha de mi energía creativa está puesta ahí ahora, le estoy poniendo muchas fichas a eso. En este momento si me preguntás con quiénes me imagino creando en el futuro es con esta gente con la me estoy reuniendo. Nos estamos conociendo y empezando a hacer cosas juntos, gente con la que me interesaría seguir trabajando.
¿Qué temas, qué historias?. Ahora estoy leyendo mucho un tema, me viene interesando desde hace bastante, es agroecología. Hay tanto para investigar, interiorizarse. Es una temática que estoy empezando recién a buscar profundidad. Ninguno de los proyectos en los que estoy en este momento están relacionado con esta temática pero sí sé que en el futuro se viene un Proyecto Verde.

Ya sea dentro o fuera del audiovisual ¿Qué es lo que más disfrutas hacer?

Esta es fácil. ¡Dibujar!




Dibujos de Berenice durante el proceso de Temperamento



Rosario, Noviembre 2018
Berenice Gáldiz en un atril

 
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