Si fuera una noche
oscura sin humo
la luna bajaría
a dormir
sin la garganta
ardida.
Si el aire
fuera húmedo
o cayera una
lluvia suave
sonarían las
ranas.
Pero la isla
arde.
El humedal
desangra en
carbón.
Selene huye al
norte,
el río baja y no
queda
resquicio donde
refugiarse.
Sin reparo de
la ceniza aumenta
el conteo: la víbora, el cuis, la rana,
la enfermera, el rugbier, la influencer.
En pandemia una
boga-dragón nace
de un ovario de
poemas.
Cuarto
creciente.
La criatura remonta
desde
la epidermis
del limo
y toma el aire.
Esparce sus
escamas
como gotas,
caen en el Espinillo,
en Paso de
Destilería.
Ella aspira el
humo por la branquia
exhala sin
barbijo la ley.
Humedales
Monte
Acuífero
En vigilia
abrir la boca
es para beber.
Volver al agua, ganar el barro
Ya.