Voz poética: Una vaquita de San Antonio |
Plegado en las alas traigo
el
agujeriscente labio para
ofrendar a
la violeta.
El racimo
convoca
a morder
como
en sueños
muerdo tu corazón.
Esta
existencia y
unicidad de insecto
me permite
siquiera
deslizar la
maravilla.
Hinco en la
gotaleta,
es el
empeine una aparición
que
suspende el estigma.
Exhalo el
último zumbido
sobre la
frutarilla
bajo el
apriete suave
y muero.
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