8 de agosto de 2024

Lo que debo.

ph. Nora Araujo


Ella dijo, nada de lo libidinal se juega 

en la cabeza ni en los pensamientos. 

También dijo, 

poniendo las manos juntas, ahuecadas 

como haciendo un cuenquito, no podés 

reservarlos ni atesorarlos para

que sirvan en otro momento. 

Me invitó a decir los pensamientos 

a ver que puedo escuchar. 

Como le dije a M y a D, me quedé masticando la idea, 

no pensando los pensamientos ni rumiando por suerte, 

dijo M. Masticar involucra los dientes, 

ya aparece el cuerpo, algo del cuerpo dijo. 

Hoy volví y le pregunté 

apenas instalada /¿te acordás lo que me dijiste?/ 

y me repreguntó /¿qué te dije?/ 

Después el tiempo pasó contando lo que las palabras hacen, 

otros géneros, los procedimientos, es un peligro, 

le dije, ya lo sabía por experiencia, por formación 

pero qué pija cuando protagonizás y de tus girones 

se anota el verosímil, que no es ni verdadero. ni justo, ni explica tu nada. 

Cómo me quedé muda cuando escuché. 

Recordé a M (no Mariana, sino Mona) 

cuando me decía: apelá a Tauro y se refería a descomplicarme, 

hacerlo lindo. 

Y recordé el título de la Ferrante

Las deudas del cuerpo, y pensé en lo que debo.







 

 
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